Varios

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Borges y nosotros

This creative writing exercise was part of SPAN 308, a course that explored Latin American literature from pre-Columbian times to the present day through the thematic lens of las fronteras — borders, boundaries, and frontiers. Throughout the spring semester of 2022, our class examined the ways in which different kinds of fronteras (linguistic, literary, racial, gender, geographic, socioeconomic, political, cultural) are constructed, resisted, dismantled and transgressed in selected readings from a variety of Latin American literary texts. Taking Argentine author Jorge Luis Borges’ self-referential short story “Borges y yo” and the Worcester Art Museum’s 2022 exhibit Us | Them | We - Race x Ethnicity x Identity (︎) as our starting points and inspiration, we discussed the concept of metafiction, the function of narrative voice and perspective, and the theme of identity in the context of externally and internally constructed limits or boundaries. Next, we deconstructed Borges’ original text by removing all of the details specific to the narrator’s experiences (names, places, actions, objects), leaving in place the underlying formal structure (paragraph length, sentence structure, grammar, punctuation, beginning and ending). Students then reflected on their personal experiences of identity formation, and wrote about their public and private selves, or their inner and outer worlds — bound only by the formal constraints of Borges’ deconstructed text. As this selection of creative responses reveals, each writer found ways to push beyond the externally imposed textual framework and express their unique voices and identities.

Read the individual creations

〉Chávez y yo

〉Doyle y yo
〉Méndez y yo
〉Oliva y yo
〉Trask y yo

(El texto original de Borges reza así)

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y solo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otra cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página

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