Laura García, ’19
La educación callejera
Esta institución no fue hecha para mí.
Se empeña en enseñarme todo lo importante.
Todo lo que yo no soy.
Me enseña a despreciar a mis padres queridos,
Por no tener una educación útil.
Pero quién dicta que la educación laboral, emocional, y cotidiana
de las calles no fuera valiosa?
La educación universitaria no fue la que me sacó adelante en una
zona en la cual todo se juntaba contra mí.
Un lugar donde las chicas como yo quedan embarazadas durante high school.
Un lugar lleno de trabajos explotadores que hace que mi gente
tome dos o tres trabajos a la vez, sin poder estar con sus hijos lo suficiente.
Un lugar donde a todas horas te sientes vigilado por aquellos que
nos protegen pero sabes bien cómo tratan a la gente que se
parece a ti.
Este lugar es el lugar donde estas instituciones promueven querer ayudar.
Y a la vez, es el mismo lugar en el cual le dicen a sus estudiantes
que tengan cuidado, que es un lugar peligroso.
Es el lugar que estas instituciones intentan mejorar, agregando
sus cafés costosos que suben las rentas y saca a la gente de sus hogares.
Este barrio es más de lo que estas instituciones promueven.
Está lleno de diamantes ocultos, lugares que solo la comunidad conoce y guarda como refugio.
Los swapmeets llenos de jarabes que mi mami me daba para
curarme mientras yo los despreciaba.
La iglesia donde mis padres encontraron su único recurso comunitario del que me he alejado.
Los restaurantes antihigiénicos que gozaban con la banda y las
parejas disfrutando un baile durante su poco tiempo libre.
Esta institución no fue hecha para mí.
Aun así, sigo aquí queriendo que mis padres sean igual de
orgullosos de mí como yo de ellos.
Queriendo desaprender todo lo malo que los libros cuentan sobre
mi comunidad, para empezar a poder ayudarlos y criticar lo
que se escoge enseñar.
Aquí sigo, luchando día a día, queriendo romper las etiquetas que esta institución le ha puesto a mis papis.
Esa educación callejera a la que temen, es lo más valioso que he aprendido, ya que sin ella, yo no sería quién soy.
La educación callejera
Esta institución no fue hecha para mí.
Se empeña en enseñarme todo lo importante.
Todo lo que yo no soy.
Me enseña a despreciar a mis padres queridos,
Por no tener una educación útil.
Pero quién dicta que la educación laboral, emocional, y cotidiana
de las calles no fuera valiosa?
La educación universitaria no fue la que me sacó adelante en una
zona en la cual todo se juntaba contra mí.
Un lugar donde las chicas como yo quedan embarazadas durante high school.
Un lugar lleno de trabajos explotadores que hace que mi gente
tome dos o tres trabajos a la vez, sin poder estar con sus hijos lo suficiente.
Un lugar donde a todas horas te sientes vigilado por aquellos que
nos protegen pero sabes bien cómo tratan a la gente que se
parece a ti.
Este lugar es el lugar donde estas instituciones promueven querer ayudar.
Y a la vez, es el mismo lugar en el cual le dicen a sus estudiantes
que tengan cuidado, que es un lugar peligroso.
Es el lugar que estas instituciones intentan mejorar, agregando
sus cafés costosos que suben las rentas y saca a la gente de sus hogares.
Este barrio es más de lo que estas instituciones promueven.
Está lleno de diamantes ocultos, lugares que solo la comunidad conoce y guarda como refugio.
Los swapmeets llenos de jarabes que mi mami me daba para
curarme mientras yo los despreciaba.
La iglesia donde mis padres encontraron su único recurso comunitario del que me he alejado.
Los restaurantes antihigiénicos que gozaban con la banda y las
parejas disfrutando un baile durante su poco tiempo libre.
Esta institución no fue hecha para mí.
Aun así, sigo aquí queriendo que mis padres sean igual de
orgullosos de mí como yo de ellos.
Queriendo desaprender todo lo malo que los libros cuentan sobre
mi comunidad, para empezar a poder ayudarlos y criticar lo
que se escoge enseñar.
Aquí sigo, luchando día a día, queriendo romper las etiquetas que esta institución le ha puesto a mis papis.
Esa educación callejera a la que temen, es lo más valioso que he aprendido, ya que sin ella, yo no sería quién soy.