Voces de la comunidad
El 16 de agosto de 2018 me adentré en la comunidad de Holy Cross, una fecha que perdurará en mi memoria durante toda mi vida. Horas antes, abrazaba a mi madre sintiéndome aterrado por cruzar el charco y dejar atrás una gran parte de mi ser: mi familia, mis amigxs, y dos de las criaturas por las que siento un amor incondicional (mis perros, Enzo y Lucas). Cuando pisé por primera vez el campus de Holy Cross, me invadió una sensación de calma y alegría que nunca había experimentado en ninguna de mis experiencias en el extranjero. Todo el mundo me recibió con los brazos abiertos e, irónicamente, los kilómetros se volvieron centímetros, ya que comencé a sentir que todo aquello que añoraba se encontraba a la vuelta de la esquina. Es por esto que formar parte de la comunidad de Holy Cross ha sido una oportunidad que me ha ayudado a aprender de mí mismo y de todxs aquellxs que me rodean. Gracias a Holy Cross, he prosperado y aprendido a mirar la vida con otros ojos. Formar parte de una comunidad como esta, me ha ayudado a sentirme completo y satisfecho a pesar de estar a miles de millas lejos de mi casa. Asimismo, ser una parte de la unión que existe en este campus, me ha alentadoa cambiar mi percepción del hogar. A día de hoy, considero que mis compañerxs de trabajo, mis estudiantes y demás miembrxs de HC forman un papel muy importante en vida, puesto que se han convertido en la familia que me ha hecho sentir como si estuviera en casa.
El 16 de agosto de 2018 me adentré en la comunidad de Holy Cross, una fecha que perdurará en mi memoria durante toda mi vida. Horas antes, abrazaba a mi madre sintiéndome aterrado por cruzar el charco y dejar atrás una gran parte de mi ser: mi familia, mis amigxs, y dos de las criaturas por las que siento un amor incondicional (mis perros, Enzo y Lucas). Cuando pisé por primera vez el campus de Holy Cross, me invadió una sensación de calma y alegría que nunca había experimentado en ninguna de mis experiencias en el extranjero. Todo el mundo me recibió con los brazos abiertos e, irónicamente, los kilómetros se volvieron centímetros, ya que comencé a sentir que todo aquello que añoraba se encontraba a la vuelta de la esquina. Es por esto que formar parte de la comunidad de Holy Cross ha sido una oportunidad que me ha ayudado a aprender de mí mismo y de todxs aquellxs que me rodean. Gracias a Holy Cross, he prosperado y aprendido a mirar la vida con otros ojos. Formar parte de una comunidad como esta, me ha ayudado a sentirme completo y satisfecho a pesar de estar a miles de millas lejos de mi casa. Asimismo, ser una parte de la unión que existe en este campus, me ha alentadoa cambiar mi percepción del hogar. A día de hoy, considero que mis compañerxs de trabajo, mis estudiantes y demás miembrxs de HC forman un papel muy importante en vida, puesto que se han convertido en la familia que me ha hecho sentir como si estuviera en casa.