Nina Sparre ‘18
Bailar
Bailar
-Frida Kahlo
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La multitud de personas en la sala esconde la dulce sonrisa de él. Solamente sus brazos en el aire son visibles en la luz roja. Las luces decorativas colgadas en las paredes viejas y polvorientas crean un ambiente desgastado pero cómodo. En mis oídos se puede oír la música. El sonido palpita en mi cerebro, en mis venas, y sin darme cuenta golpeteo la alfombra al ritmo de la música. Mis ojos encuentran los de él y mi sonrisa amplia se cambia en una mueca remilgada. Se acerca, y las luces parecen encender sus ojos. De repente, mis mejillas se convierten en cerezas almohadas.
Bailamos y reímos en el centro de la sala. Nuestras manos tocándose una a otra. Su mano agarrando la mía y él girándome con fuerza. Parecía que no había nadie más en el cuarto excepto nosotros.
No necesitaba luces o música ni nada.
El latido de mi corazón y
el sonido de su risa
simplemente eran suficientes.
El latido de mi corazón y
el sonido de su risa
simplemente eran suficientes.