Isabela Martínez-Thibodeau, ’23
Un pez guppy solitario
Sofia cree que es el martes, o miércoles, probablemente un día en el medio de la semana. En realidad, Sofía no sabe el dato exacto porque no ha ido a trabajar en más de una semana, ni siquiera ha salido de su apartamento desde entonces. Sofía está en lo que ella llama un episodio de depresión, algo que ocurre casi constantemente en su vida. Sofía no puede explicar por qué ella se siente de esta manera, solo que a ella le gusta estar sola cuando se siente así, y por eso ella vive sola casi todo el tiempo.
Sofia cree que es más fácil vivir sola porque cuando ella se siente así nadie puede verla.
Sofía puede falsificar una sonrisa cuando se siente triste, pero ahora ella no se siente solo triste. Ella siente que se está ahogando y no puede mantener la cabeza en alto el tiempo suficiente para recuperar el aliento. A Sofia le gusta pensar en cosas en su vida como una parte de un océano. Para ella es más fácil comprender sus pensamientos como si estuvieran lejos de ella. Cuando tiene que pensar en sus sentimientos, es casi como si tuviera una experiencia extracorporal, como si se estuviera viendo a sí misma lidiar con sus emociones. Ella entendía esta concepto como estuviera en la playa mirando las olas de la emoción llegar a la orilla. A ella le encanta mirar las olas en un océano, pero no vive cerca de una playa; por eso para sentirse más cerca del océano Sofía compró un pez guppy.
Leyó que los peces guppy son buenas mascotas para personas que no tienen tiempo o la capacidad de cuidar a un perro o gato. Los peces guppy son fáciles de cuidar, especialmente durante los episodios de depresión. Sofía pensó que su pez guppy puede actuar como un amigo cuando no quiere ver a sus amigos reales. El pez guppy siempre puede estar con Sofia y Sofia siempre puede estar con el guppy, y por eso los dos no necesitan a nadie más. Para que el pez pueda vivir Sofia solo necesita alimentarlo y limpiar su pecera. Durante el día que Sofía está en casa por su episodio ella decide limpiar su pecera. Ella busca todos los suministros: el jabón, el agua, un trapo, y una pecera extra.
Cuando está lista para empezar a limpiar se da cuenta de que su pez no se mira bien. Parece un alga en el océano. No se mueve solo, sino que sigue el movimiento del agua, y el agua no se mueve mucho porque es una pecera. Sofia mira a su pez un poco más y se da cuenta de que hay comida en el fondo de la pecera, pero no le ha dado de comer todavía. ¿Es la comida de ayer? se pregunta Sofia. El pez siempre come su comida; algunas veces Sofía lo alimenta más de una vez porque él parece que tiene más hambre. Sofía empieza a pensar en cosas que ella puede hacer para ayudarlo. Lo cuida muy bien cada día porque ella sabe que ambos solo se tienen el uno al otro, y por eso no puede pensar en otra cosa que hacer para salvarle. Sofia mira a su pez una otra vez y cuando está mirándolo se sorprende cuando se ve a sí misma mirándose en forma de pez.
Es obvio que el pez guppy está enfermo, pero parece perfecto al exterior de su cuerpo. Es exactamente lo mismo para Sofia. Sofía parece como cualquier otra persona en la calle. Es muy bonita con ojos que una persona podría mirar para siempre, con los colores azules y morados que se pone el mar cuando las nubes oscurecen. Sus ojos parecen como un océano enojado, muy oscuro y misterioso, pero al mismo tiempo nadie tiene miedo de el océano en los ojos de Sofía. Las personas no tienen miedo de los ojos de Sofía porque no saben qué está detrás de ellos. Las personas no saben que el realidad Sofía se está ahogando en el mismo océano que vive en sus ojos y no tiene nadie para salvarla. ¿Es lo mismo para su pez? ¿Hay más dentro de sus ojos como en los de Sofía?
Cuando Sofía ve en los ojos de su pez mira algo que le duele. Es como si alguien la apuñalara en el corazón, es como si el dolor del pez la apuñalara en el corazón. Sofía sabe en este minuto que ella necesita salvarlo. Vuelve a su computadora como un pez se aleja nadando de un tiburón, con la idea de que esta situación es de vida o muerte, y no puede dejar morir a su pez. Este pez es demasiado parecido a ella, si muere, ¿cómo va a vivir ella? No porque ame demasiado a los peces, sino porque cree que ambos están luchando por nadar en una tormenta horrible. ¿Cómo podría tener alguna esperanza de sobrevivir si él muere y los dos son iguales?
Empieza a buscar artículos en el internet, ¿Cómo mantengo vivo mi pez guppy? Ella lee innumerables artículos y finalmente ella encuentra la respuesta.
Los peces guppy pueden morir de soledad.
Morir de soledad. Sofía no puede creerlo. Ella no era suficiente para su pez, necesita un compañero en la forma de un pez. Salta rápidamente para ponerse los zapatos y agarra su chaqueta para que ir a comprar otro pez, pero cuando echa una última mirada a su pez guppy, deja de respirar. El pez no se está moviendo, y lo que es peor, está flotando en la superficie del agua.
No. Sofía cae al suelo frente a la pecera. ¿Por qué? Sofía no puede entender por qué ella no podía ser suficiente para él. Para Sofía, había una conexión más profunda que una humana y un pez. Era como una relación simbiótica mutualista en la ciencia, ambos se necesitaban el uno al otro para prosperar, para sobrevivir, como una anémona y un pez payaso. Ahora, Sofía no tiene nadie en la forma humano o de pez. Se levanta del suelo y se acuesta en el sofá como una foca acostada encima de una roca al sol, excepto que no hay nada soleado en lo que siente Sofía. ¿Si es posible que su guppy muera de soledad es posible que lo mismo le pase a Sofia? Sofia cree que a ella le gusta estar sola, pero ahora no está segura. Es posible que a ella no le guste estar sola, pero en cambio, ¿quiere ser una carga para alguien más?
En este momento Sofia decide que ella va a controlar todo que pueda. Sofia sube del sofá y camina a la pecera. Ella se da cuenta de que amaba a este pez por ser su compañero pero también por ayudar a enseñarle lecciones importantes. No quiere tirarlo por el inodoro, pero no concibe otra idea. De repente, Sofía mira a un planta que tiene afuera de su casa y decide algo diferente. Va a enterrarlo con las planta para que su pez guppy no vaya a estar solo por el resto de su vida. Hay muchos animales y plantas que viven debajo de la tierra y ahora tiene millones de amigos.
Después de enterrar su pez, Sofía sabe qué necesita hacer. Ella no quiere morir de soledad, quiere estar con sus amigos y su familia que son tan importantes para ella. Aunque Sofía sabe que no es fácil va a llamar a su familia en el teléfono o caminar afuera de su casa. Ella todavía se siente como si se estuviera ahogando. No importa lo que sepa qué tiene que hacer, a veces su mente no se lo permite. Es como un barco que navega hacia una tormenta. Todo el mundo sabe que tiene que dar la vuelta, pero a veces es imposible dar la vuelta al barco porque es demasiado tarde. Una tormenta puede ocurrir en el mar en cualquier momento y atrapar cualquier barco. De la misma manera, una tormenta puede aparecer en la cabeza de Sofía y dominar todo.
Sofía está de pie en su pasillo, mirando a la puerta, tratando de forzar a sus pies a moverse, pero nada está pasando. Sofía piensa en su pez. Su pez que murió de soledad. Sofía no fue suficiente para salvar a su pez, ¿por qué cree que puede ser suficiente para ella misma? Ella sabe que sus episodios de depresión son muy difíciles pero necesita ser consciente de sí misma.
No quiere morir de soledad. Si ella va a sentir tristeza, quiere sentir tristeza con las personas que pueden cuidarla como Sofía no pudo cuidar a su pez. Ella no quiere mirar en la cara del pez y ver su cara nada más.
Sofia agarra sus llaves, zapatos, y chaqueta y sale de su casa.
Un pez guppy solitario
Sofia cree que es el martes, o miércoles, probablemente un día en el medio de la semana. En realidad, Sofía no sabe el dato exacto porque no ha ido a trabajar en más de una semana, ni siquiera ha salido de su apartamento desde entonces. Sofía está en lo que ella llama un episodio de depresión, algo que ocurre casi constantemente en su vida. Sofía no puede explicar por qué ella se siente de esta manera, solo que a ella le gusta estar sola cuando se siente así, y por eso ella vive sola casi todo el tiempo.
Sofia cree que es más fácil vivir sola porque cuando ella se siente así nadie puede verla.
Sofía puede falsificar una sonrisa cuando se siente triste, pero ahora ella no se siente solo triste. Ella siente que se está ahogando y no puede mantener la cabeza en alto el tiempo suficiente para recuperar el aliento. A Sofia le gusta pensar en cosas en su vida como una parte de un océano. Para ella es más fácil comprender sus pensamientos como si estuvieran lejos de ella. Cuando tiene que pensar en sus sentimientos, es casi como si tuviera una experiencia extracorporal, como si se estuviera viendo a sí misma lidiar con sus emociones. Ella entendía esta concepto como estuviera en la playa mirando las olas de la emoción llegar a la orilla. A ella le encanta mirar las olas en un océano, pero no vive cerca de una playa; por eso para sentirse más cerca del océano Sofía compró un pez guppy.
Leyó que los peces guppy son buenas mascotas para personas que no tienen tiempo o la capacidad de cuidar a un perro o gato. Los peces guppy son fáciles de cuidar, especialmente durante los episodios de depresión. Sofía pensó que su pez guppy puede actuar como un amigo cuando no quiere ver a sus amigos reales. El pez guppy siempre puede estar con Sofia y Sofia siempre puede estar con el guppy, y por eso los dos no necesitan a nadie más. Para que el pez pueda vivir Sofia solo necesita alimentarlo y limpiar su pecera. Durante el día que Sofía está en casa por su episodio ella decide limpiar su pecera. Ella busca todos los suministros: el jabón, el agua, un trapo, y una pecera extra.
Cuando está lista para empezar a limpiar se da cuenta de que su pez no se mira bien. Parece un alga en el océano. No se mueve solo, sino que sigue el movimiento del agua, y el agua no se mueve mucho porque es una pecera. Sofia mira a su pez un poco más y se da cuenta de que hay comida en el fondo de la pecera, pero no le ha dado de comer todavía. ¿Es la comida de ayer? se pregunta Sofia. El pez siempre come su comida; algunas veces Sofía lo alimenta más de una vez porque él parece que tiene más hambre. Sofía empieza a pensar en cosas que ella puede hacer para ayudarlo. Lo cuida muy bien cada día porque ella sabe que ambos solo se tienen el uno al otro, y por eso no puede pensar en otra cosa que hacer para salvarle. Sofia mira a su pez una otra vez y cuando está mirándolo se sorprende cuando se ve a sí misma mirándose en forma de pez.
Es obvio que el pez guppy está enfermo, pero parece perfecto al exterior de su cuerpo. Es exactamente lo mismo para Sofia. Sofía parece como cualquier otra persona en la calle. Es muy bonita con ojos que una persona podría mirar para siempre, con los colores azules y morados que se pone el mar cuando las nubes oscurecen. Sus ojos parecen como un océano enojado, muy oscuro y misterioso, pero al mismo tiempo nadie tiene miedo de el océano en los ojos de Sofía. Las personas no tienen miedo de los ojos de Sofía porque no saben qué está detrás de ellos. Las personas no saben que el realidad Sofía se está ahogando en el mismo océano que vive en sus ojos y no tiene nadie para salvarla. ¿Es lo mismo para su pez? ¿Hay más dentro de sus ojos como en los de Sofía?
Cuando Sofía ve en los ojos de su pez mira algo que le duele. Es como si alguien la apuñalara en el corazón, es como si el dolor del pez la apuñalara en el corazón. Sofía sabe en este minuto que ella necesita salvarlo. Vuelve a su computadora como un pez se aleja nadando de un tiburón, con la idea de que esta situación es de vida o muerte, y no puede dejar morir a su pez. Este pez es demasiado parecido a ella, si muere, ¿cómo va a vivir ella? No porque ame demasiado a los peces, sino porque cree que ambos están luchando por nadar en una tormenta horrible. ¿Cómo podría tener alguna esperanza de sobrevivir si él muere y los dos son iguales?
Empieza a buscar artículos en el internet, ¿Cómo mantengo vivo mi pez guppy? Ella lee innumerables artículos y finalmente ella encuentra la respuesta.
Los peces guppy pueden morir de soledad.
Morir de soledad. Sofía no puede creerlo. Ella no era suficiente para su pez, necesita un compañero en la forma de un pez. Salta rápidamente para ponerse los zapatos y agarra su chaqueta para que ir a comprar otro pez, pero cuando echa una última mirada a su pez guppy, deja de respirar. El pez no se está moviendo, y lo que es peor, está flotando en la superficie del agua.
No. Sofía cae al suelo frente a la pecera. ¿Por qué? Sofía no puede entender por qué ella no podía ser suficiente para él. Para Sofía, había una conexión más profunda que una humana y un pez. Era como una relación simbiótica mutualista en la ciencia, ambos se necesitaban el uno al otro para prosperar, para sobrevivir, como una anémona y un pez payaso. Ahora, Sofía no tiene nadie en la forma humano o de pez. Se levanta del suelo y se acuesta en el sofá como una foca acostada encima de una roca al sol, excepto que no hay nada soleado en lo que siente Sofía. ¿Si es posible que su guppy muera de soledad es posible que lo mismo le pase a Sofia? Sofia cree que a ella le gusta estar sola, pero ahora no está segura. Es posible que a ella no le guste estar sola, pero en cambio, ¿quiere ser una carga para alguien más?
En este momento Sofia decide que ella va a controlar todo que pueda. Sofia sube del sofá y camina a la pecera. Ella se da cuenta de que amaba a este pez por ser su compañero pero también por ayudar a enseñarle lecciones importantes. No quiere tirarlo por el inodoro, pero no concibe otra idea. De repente, Sofía mira a un planta que tiene afuera de su casa y decide algo diferente. Va a enterrarlo con las planta para que su pez guppy no vaya a estar solo por el resto de su vida. Hay muchos animales y plantas que viven debajo de la tierra y ahora tiene millones de amigos.
Después de enterrar su pez, Sofía sabe qué necesita hacer. Ella no quiere morir de soledad, quiere estar con sus amigos y su familia que son tan importantes para ella. Aunque Sofía sabe que no es fácil va a llamar a su familia en el teléfono o caminar afuera de su casa. Ella todavía se siente como si se estuviera ahogando. No importa lo que sepa qué tiene que hacer, a veces su mente no se lo permite. Es como un barco que navega hacia una tormenta. Todo el mundo sabe que tiene que dar la vuelta, pero a veces es imposible dar la vuelta al barco porque es demasiado tarde. Una tormenta puede ocurrir en el mar en cualquier momento y atrapar cualquier barco. De la misma manera, una tormenta puede aparecer en la cabeza de Sofía y dominar todo.
Sofía está de pie en su pasillo, mirando a la puerta, tratando de forzar a sus pies a moverse, pero nada está pasando. Sofía piensa en su pez. Su pez que murió de soledad. Sofía no fue suficiente para salvar a su pez, ¿por qué cree que puede ser suficiente para ella misma? Ella sabe que sus episodios de depresión son muy difíciles pero necesita ser consciente de sí misma.
No quiere morir de soledad. Si ella va a sentir tristeza, quiere sentir tristeza con las personas que pueden cuidarla como Sofía no pudo cuidar a su pez. Ella no quiere mirar en la cara del pez y ver su cara nada más.
Sofia agarra sus llaves, zapatos, y chaqueta y sale de su casa.