Abigail Dresser, ’21
Zoom
Desde que se conectaron a la escuela, todos los estudiantes han descubierto que soñar despierto durante la clase se ha vuelto mucho más fácil. Especialmente para nuestro amigo Brandon. Brandon es un estudiante habitual con una casa llena de wifi y un teléfono celular que puede transportarlo lejos de una conferencia Zoom. Es una tarde de lunes y cuarenta minutos pasan lentamente en su última conferencia. Las preguntas de su profesor, “¿Qué creemos que Socrates está intentando…” y sus compañeros, “Creo que él quiso…”, son el ruido de fondo para el feed de Twitter de Brandon.
—Brandon, inténtalo tú…, le pincha a Brandon el trance de Twitter.
Sus ojos se centran para hacer un solo “umm” en un mar de otras miradas en blanco. A medida que el silencio aumenta Brandon mira hacia afuera, esperando que la clase se mueva a la siguiente pregunta.
Zoom
Desde que se conectaron a la escuela, todos los estudiantes han descubierto que soñar despierto durante la clase se ha vuelto mucho más fácil. Especialmente para nuestro amigo Brandon. Brandon es un estudiante habitual con una casa llena de wifi y un teléfono celular que puede transportarlo lejos de una conferencia Zoom. Es una tarde de lunes y cuarenta minutos pasan lentamente en su última conferencia. Las preguntas de su profesor, “¿Qué creemos que Socrates está intentando…” y sus compañeros, “Creo que él quiso…”, son el ruido de fondo para el feed de Twitter de Brandon.
—Brandon, inténtalo tú…, le pincha a Brandon el trance de Twitter.
Sus ojos se centran para hacer un solo “umm” en un mar de otras miradas en blanco. A medida que el silencio aumenta Brandon mira hacia afuera, esperando que la clase se mueva a la siguiente pregunta.